Tu sed...
Tu agua se ha gastado en lágrimas.
La resequedad de tu alma
pide tregua para evaporar el dolor.
Te quitaron el aliento...
el minuto dedicado para amar...
el segundo que se ocupa en decir te amo...
ultrajaron el silencio de tu dolor.
Es mi alma la que pide ser tu arma,
mi cuerpo tu escudo,
mi beso tu sombra
y mi voz tu arrullo.
Toma de mi
el balsamo de tu consuelo.
Tu llanto no merece tocar el aire
tu voz no merece recordar
el nombre del verdugo.
Agarra mi mano
desliza tu dolor en mi cuerpo,
calcina tu tristeza en mi pecho
y deja que cargue yo
con el peso de tu corazon.
No mereces
el insomnio de su memoria.
que es el tiempo justo juez
que te dara la libertad
del sufrimiento.
viernes, 24 de agosto de 2007
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